Escrito en las trincheras: España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma...

José Javier Esparza Torres, autor de San Quintín
Verdades Como Puños (Editorial 12/03/2019)
Enlace al audio del programa aquí
Dice Íñigo Errejón, con esa carita de niño que no ha roto un plato en su vida – la misma que ponía mientras apuñalaba al más puro estilo trotskista a su líder carismático, ya saben a EL, al que VuELve – que la Real Academia de la Historia ha aplicado el VAR cientos de años más tarde para acreditar la españolidad de la gesta de Magallanes. Cierto es que, como es una acémila, él se refiere a Cristóbal Colón, donde debería referirse a Magallanes, pero eso es pura incultura.

Lo dice entre risitas y twits y no pasaría de ahí si no fuera sintomático de los males que afectan a esta España nuestra, siempre dispuesta a suicidarse, a autodestruirse desde las instituciones y desgraciadamente, también desde el común de los españoles que, hastiados, somos – o debería decir son, que aquí no me pillan a mi- los primeros en comprar, aceptar y asimilar los postulados de nuestros más señeros enemigos.

Gracias a Dios, en todo caso y "en última instancia"a decir de Spengler, siempre hay "un pelotón de soldados" dispuestos a "salvar la civilización", a dar la batalla, a impedir la tropelía.

Se cumple este año el V Centenario de la circunvalación de la tierra, del descubrimiento del paso de Magallanes, del retorno de La Victoria al mando de Juan Sebastián El Cano, con apenas poco más de una decena de hombres de los más de doscientos cincuenta que partieron con ese objetivo.

San Quintín, memorias de Julián Romero
Nuestros enemigos seculares - donde franceses, ingleses y estadounidenses se llevan la palma, intermitentemente, a lo largo de la historia, pero no son los únicos - quisieron aprovechar la ocasión para, nada menos que ante los organismos internacionales de la Unesco, reclamar para sí, la epopeya.

Los portugueses, de los que hablo ahora, los mismos que hicieron todo lo posible por impedirlo hace 500 años, quisieron atribuirse el éxito garantizándose el apoyo internacional basándose en el origen portugués de Don Fernando de Magallanes. Hasta aquí, nada anormal. Tarea del enemigo, siempre más próximo al pérfido inglés que al hermano español.

Lo grave es que las risitas de Errejón obedecen a un dictamen emitido por la RealAcademia de la Historia, sin margen alguno para el error, certificando la españolidad del hecho. Y ello, atendiendo a una pregunta formulada por el director de ABC que se encontró con que el gobierno español, cuando descubrió la maniobra portuguesa, quiso organizar un V Centenario conjunto con los portugueses, en lugar de reivindicar formalmente y protestar diplomáticamente, la sucia maniobra lusa.

Esa es nuestra triste ventura. Solo nuestros valientes, los puñados de hombres que forjan nuestros destinos, son capaces de pelear contra lo divino y lo humano por la causa de España, a veces sin saberlo.



Ocurre con cada capítulo de nuestra historia, donde las tesis que hacen fortuna siempre son las de nuestros enemigos. Es cierto, “España es el pueblo más fuerte del mundo: lleva siglos queriendo destruirse a sí misma, y aún no lo ha conseguido”, como nos recordara Otto von Bismarck.

Por eso dedicaremos este y otros programas a fastidiarle la broma a Errejón. A impedir las tropelías de autodestrucción del gobierno de turno, a divulgar, a difundir, a enseñar al mundo, la grandeza inigualable de España.

Y sí, Íñigo, sí. La historia es precisamente eso: un VAR, aceptando tu analogía. Un sistema para que, libre de pasiones, con una metodología rigurosa, al margen de cargas ideológicas e intereses partidistas, con investigación, con dedicación, con estudio y consulta de las innumerables fuentes, reconstruyamos fidedignamente los hechos pasados más relevantes de los cuales ha dependido, precisamente, lo que hoy somos.

Esa es la razón por la que nadie, ninguna generación, tiene derecho a destruir nuestro presente, porque éste no es otra cosa que la herencia de nuestro pasado y el depositario de nuestro futuro.
Daniel Arveras Alonso, periodista,, autor de Conquistadores Olvidados
Pero que sea precisamente un tipo como Errejón, uno de los que están empeñados en reescribir la historia reciente cada día; embutirla en el corsé de la falsa Memoria Histórica, desenterrar inexcusablemente cadáveres de medio siglo atrás y blanquear a cuanto criminal reciente se le cruza por el camino, el que se ría con estas cosas comparándolo con un VAR, es para que se lo haga mirar, porque es de una incoherencia supina, solo comparable a su deslealtad política.

España es grande. Muy grande. Lo es a pesar de ella misma y lo es desde siempre. Es ese imperio incomparable con ningún otro en el que no se ponía nunca el sol. Es ese que abría rutas navales y comerciales, que establecía nuevas poblaciones, que difundía la Palabra, la Fe, el idioma, la cultura, el derecho….

Es esa que se levantó de sus cenizas, de sus siempre cainitas enfrentamientos y se opuso al moro, al turco, al Islam. La que reconstruyó Europa e impidió su destrucción, la que la dotó de su ordenamiento jurídico y de su esencia y emprendió siete siglos de lucha por la Fe, el territorio, la cultura, el idioma….




Y no contenta con eso, emprendió, viaje tras viaje, sobre cascarones de madera, sus epopeyas atlánticas y pacíficas, mientras al otro lado emprendía la defensa y control del Mediterráneo y de la Europa hereje.

No es tarea menor, pero gracias a Dios, sigue habiendo puñados de valientes. Los tenemos hoy, entre otros sitios, escribiendo libros, contando la epopeya. Acercándola a cuantos la quieran conocer de verdad. Para que la pasión nazca justamente del conocimiento y el orgullo patrios y no de la tergiversación y la manipulada historia del enemigo.

Es difícil entender por qué la izquierda española – típicamente la española, porque no ocurre en otros lugares del mundo – se alinea siempre con las tesis que tratan de destruir la unidad, la identidad y la historia gloriosa de España, que lo es sin adornos. Sólo con la verdad.

Conquistadores Olvidados, portada
Ser de izquierdas no debería significar – antes, al contrario – ser separatista y desde luego tampoco debería significar renegar de nuestras gestas y nuestras hazañas. Pero lo cierto es que ocurre y ocurre siempre. Oímos con frecuencia la repugnancia que les genera el nombre de España. Cómo se recurre al falso escenario del holocausto americano y, a la menor oportunidad, nos recuerdan que España no es la bandera sino…

… y ahí empiezan con sus populistas y demagógicas ristras de cosas importantes, sí, pero que parecería que los que sí nos sentimos orgullosos de nuestra bandera y de nuestra historia, no sintiéramos también que, con ellas, van también esas reivindicaciones de contenido social. No lo entienden. No es “o”, es “y”. No es posible lo uno sin lo otro y nosotros lo sabemos.

La realidad apunta a otra cosa. La realidad apunta a que reconocer la historia de España, con sus luces y sus sombras, es reconocer a “España, evangelizadora de la mitad del Orbe: España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio, y es nuestra grandeza y nuestra unidad …. no tenemos otra” que escribiera Marcelino Menéndez Pelayo en su Historia de los heterodoxos españoles.

Es reconocer a la España que un enemigo como Napoléón Bonaparte definiera así: “los españoles todos se comportaron como un solo hombre de honor”.



No lo soportan. Saber que la cuna de la civilización cristiana y su pervivencia en Europa es culpa de España les roe las entrañas, pero eso no resta un ápice de verdad a la afirmación.
“Los españoles son los mejores soldados que existen en la cristiandad” diría el Conde de Leicester, archi enemigo de Alejandro Farnesio, último jefe de Julián Romero, Maestre de Campo en San Quintín.

Los españoles, siendo generalmente de estatura pequeña, la grandeza de corazón es tan grande, que les da aliento, de forma que con su propio valor se han hecho dueños del mundo” diría Juan Pablo Mártir.

José Luis Barceló, Periodista Radio Ya

Los hispanos prefieren la guerra al descanso y si no tienen enemigo exterior lo buscan en casa” afirmaría Pompeyo Trogo, historiador Galo-romano nacido en el siglo primero a.C.

Quizá sea eso. Quizá hasta ellos son tan españoles que necesitan combatir, aunque sea dentro de casa. Y eso los hace todavía más endemoniadamente españoles. En el pecado llevan su penitencia.

Nosotros cumpliremos con nuestro deber: Hoy, dos autores nos abrirán las puertas del Imperio y nos asombrarán con las aventuras, porque tales parecen las epopeyas españolas, de esos castellanos que se abrían al Atlántico primero y al Pacífico después, o de esos otros aragoneses y navarros que se encargaban del Mediterráneo.

O de todos ellos juntos en Flandes, en Francia, en Inglaterra, en Nápoles. Hoy viajaremos al Nuevo Mundo y regresaremos al viejo en la Batalla de San Quintín. Sin estas historias, no podemos comprender España.

Les habla Martín Ynestrillas y esto es Verdades como puños, en Somos Libro.
Enlace al audio del programa pinchando aquí
Otros enlaces de interés:
La pregunta del diredctor de ABC:
https://www.abc.es/cultura/abci-dice-real-academia-historia-primera-vuelta-mundo-exclusivamente-espanola-201903100139_noticia.html
El dictamen de la RAH: http://www.rah.es/informe-de-la-real-academia-de-la-historia-sobre-la-primera-circunnavegacion-a-la-tierra/
Conquistadores olvidados, Personajes y hechos de la epopeya de las Indiashttps://snd editores.com/product/conquistadores-olvidados/
San Quintín, Memorias del maestre de campo de los tercios Julián Romerohttp://www.esferalibros.com/libro/san-quintin/
Cortes musicales:
1492, La Conquista del Paraíso, Vangelis: https://youtu.be/ZgPNnae89qU?t=92
Himno de los Tercios Viejoshttps://youtu.be/e2-LYq4gz0Y?t=24
Batalla de San Quintín (1557): https://youtu.be/4jHiqOyxMy8

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