Homófobo y católico
Mi mujer y yo estuvimos en proceso de adopción. Fue hace 7 años, antes de que naciera nuestra pequeña. Tomamos la decisión de iniciar una paternidad adoptiva, en paralelo con el deseo, la voluntad y la obligación moral, como católicos, de ser también padres biológicos. Fue en la comunidad de Madrid. El proceso fue largo, tedioso y lleno de contratiempos y dificultades. Obligó a exámenes psicológicos, a ruedas de una especie de terapia colectiva, a " desnudarse" moralmente ante una serie de profesionales, con la intención -según nos hicieron saber- de verificar nuestra capacidad de ofrecer al hijo adotivo, el entorno emocional y de seguridad que toda criatura requiere. Reconozco que entonces me sentí invadido hasta lo más profundo de mi ser, que yo, padre de tres hijas más entonces, y una pequeña después, no entendía que hubiera que capacitarse como padre adoptivo, cuando no había que hacerlo como padre biológico. Nadie expedía un carné de padre responsable y, de hecho, así no...