La Constitución Incumplida, 2
Editorial al programa Somos Libro. 18/12/2018
Buenas tardes, respetados y queridos
oyentes de Radio Ya. Una vez más ante la cuartilla en blanco que supone
realizar un programa cada semana, al hilo de una obra publicada.
Aunque confieso que esta semana ha resultado
o va a resultar, para ser más exactos, algo más fácil de lo habitual.
Y es que repetimos libro. Sí, seguimos de
cumpleaños este 2018 en que, como recordarán de la semana pasada, dedicábamos
nuestros esfuerzos a tratar en profundidad el texto Constitucional vigente en
la actualidad – no sabemos aún por cuanto tiempo – y concluíamos, autor y
contertulios, en encontrarnos ante un texto de dudosa legitimidad de origen, de
difícil comprensión e incluso asunción de normas y hasta de dogmas, por los actuales
actores políticos, merced al cambio generacional que se opera en nuestra
sociedad, por un lado, y a las enormes contradicciones y lagunas que deja el
texto, en incontables ocasiones y artículos, y que han consagrado tanto los
problemas que venimos arrastrando, con grave deterioro de la convivencia, como
primer elemento visible y con un deterioro aún mayor de la cohesión, en segundo
lugar.
El autor del ensayo Constitución y Sindicalismo |
No digamos ya los que proclaman brindis al sol y derechos inalienables sin apoyo normativo alguno. ¿Se imaginan un
texto que proclamara el derecho al amor y a ser querido? Pues el nuestro no
dice eso, pero casi, en no pocas ocasiones. Al trabajo, a la vivienda digna, a
la participación en los medios de producción. ¡Sí! ¡La vieja máxima falangista
está consagrada en la Constitución en el capítulo “del árbol de los deseos”! En más de 40 ocasiones se proclaman cosas
no sólo intangibles, sino que no tienen vinculación o apoyo normativo alguno. ¡Tiene
usted derecho a sudar!, podríamos decir y encajaría en ese articulado.
Santiago Milans del Bosch. Invitado de excepción |
Pues en nuestra constitución esto pasa a menudo. Les voy a poner un ejemplo:
Artículo sexto de la Constitución: “Los
partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y
manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la
participación política”.
No se rían que es textual. No he puesto
yo nada de mi cosecha. Pero esperen, esperen:
“Su creación y el ejercicio de su
actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley”. “Su
estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”.
¡Qué! ¿cómo se les queda el cuerpo,
queridos oyentes? Sí, ya sé que estas frases contienen, como la propia
Constitución, varios oxímoron. Pero ¿no les viene a la cabeza ninguna cosa?
¡Claro que sí!
Diego Fierro, autor de uno de los ensayos |
No se trata de la aplicación o no del
artículo 155. Se trata de la incongruencia, la manifiesta ilegalidad, de
proclamarse independentistas al amparo de un texto legal que lo impide y que
tiene que impedirlo.
A veces estos individuos, cuando se les
pone ante el laxo, muy laxo, espejo de la incongruencia - mientras se les sigue
permitiendo operar libremente - se quejan, ante la afirmación de algunos
periodistas, políticos o analistas de la actualidad de que, efectivamente, el
cauce legal para la independencia es casi imposible.
Y yo proclamo: ¿casi? ¿casi? ¡Es
absolutamente imposible, como lo es atracar bancos o violar señoras de manera
legal! ¡No hay, no puede, no debe haber cauces legales y constitucionales para
ello!
Uno de los sindicatos protagonistas de la transición |
Entonces se preguntan: Si no nos dejan
cauces legales ¿qué podemos hacer si no? La respuesta es muy sencilla: Lo mismo
que ante la posibilidad legal de violar mujeres: ¡Nada! Renunciar a ello y
aprender a amar y a convivir o, por el contrario, hacer lo que están haciendo
ahora.
Sí, no nos engañemos: ellos se han puesto
en la incómoda condición de romper la nación, de violar su texto legal, de
pretender un nuevo “de la ley a la ley” pero sin ahorrarnos carreras,
presiones, amenazas y violencias. Y como nosotros y nuestra nación, con nuestro
texto legal en la mano, e incluso sin él, ni debemos, ni podemos, ni la mayoría
queremos permitirlo, pues o nos lo imponen o se lo imponemos.
Es simple de entender: Ellos nos desafían y nosotros los detenemos, los encarcelamos o los deportamos a un país imaginario que los acoja. O a Bruselas. O siguen soñando tranquilitos en su bucle melancólico mientras se les pasa, o hasta que tres generaciones más tarde, y tras un buen proceso de reeducación, vuelvan a entender y amar a España, desde una buena labor pedagógica que ni los gobiernos “constitucionales” sucesivos, ni nuestro propio texto legal, han hecho nunca.
Es simple de entender: Ellos nos desafían y nosotros los detenemos, los encarcelamos o los deportamos a un país imaginario que los acoja. O a Bruselas. O siguen soñando tranquilitos en su bucle melancólico mientras se les pasa, o hasta que tres generaciones más tarde, y tras un buen proceso de reeducación, vuelvan a entender y amar a España, desde una buena labor pedagógica que ni los gobiernos “constitucionales” sucesivos, ni nuestro propio texto legal, han hecho nunca.
Sin embargo, nuestra Constitución es la
que es: doña ambigüedad. La que todo
lo permite, todo lo interpreta y todo lo valora desde una perspectiva y su
contraria.
¿De quién es el mando de las Fuerzas
Armadas? Del monarca, según la constitución. Pero, aparte de apuntárselo en la
agenda para que no se le olvide por si se lo preguntan, ¿puede realmente hacer
algo con esas FF.AA. que también constitucionalmente tienen el deber y la
obligación de velar por la integridad territorial, a sus órdenes? No. Porque no
están a sus órdenes, sino a las del gobierno de turno, como también consagra la
Constitución en otro artículo distinto.
No es una queja. No deseo que el jefe
de las Fuerzas Armadas pueda decidir salir de excursión con una escolta de
carros de combate el día que le apetezca, como si fuera Pedro Sánchez, con los
aviones oficiales, en la boda de su cuñado. No. Sólo señalo la incongruencia
del "texto sagrado", para cumplir con todos, en aras del “consenso”. De ese
maldito consenso que sacralizamos sin pararnos a pensar que tan importante o
más que el consenso es quién consensua qué.
En el entorno sindical, de derechos y
libertades, de evolución y desarrollo normativo, de mantenimiento de los
derechos adquiridos y de la consolidación de lo que muchos se han ganado con el
sudor de generaciones no queda nada en el texto ni en sus desarrollos posteriores.Se puso encima de la mesa al dios liberal-conservador para evitar al demonio rojo. Y nos colaron un gol por toda la escuadra. En política y en esta Constitución, la derecha siempre ha jugado a corto plazo sus cartas y la izquierda a largo. De ahí su imposición de la supremacía moral.
Nicolas Redondo y Carlos Ferrer Salat.- Fundación F. Largo Caballero, Serie Unión Firma del Acuerdo Básico Interconfederal (ABI) por parte de UGT y CEOE Madrid, 10 de julio de 1979 |
Esta Constitución hizo grandes a Salvador Merino, a Sanz Orrio, a Girón de Velasco, y muy pequeños a los sindicatos de clase que ha consolidado esta Constitución.
Hoy, con la segunda parte de La Constitución Incumplida, de Javier Barraycoa. Les habla Martín Ynestrillas y esto es Somos Libro.
Nota: los siguientes enlaces, al final de la página, se facilitan para ilustrar parte de los debates acaecidos en el programa de hoy sin que, en absoluto, ello implique estar de acuerdo con su contenido o lo contrario, por parte de este programa o de cualquiera de los invitados. Lo que vienen a aclarar, por un lado, son hechos objetivos para su valoración y por otro, las diversas interpretaciones, de diversos autores, que acreditan la existencia de un debate, basado en la interpretación del derecho, y no en la especulación, que es lo que defienden los autores, al margen de su preferencia interpretativa. Se observará que hay defensas y acusaciones enconadas en ambos sentidos, con razonable aporte argumental en todos los casos. La tesis con la que se identifican los autores habrá de ser buscada en las páginas del libro, pero, fuere cual fuere, tiene sólida argumentación compartida con otros.
Nota 2: Dos de los contertulios han expresado su disconformidad total (Fernando Luján) o parcial (Jose Luis Fernández de Santillana) con este editorial, lo cual no sólo esperábamos sino que lo queremos señalar para evitar confusiones y agradecer, por contribuir a enriquecer el debate, pues esa y no otra es la intención del mismo; con tal criterio enriquecedor se han cursado también las invitaciones a cada uno de los contertulios que han intervenido, donde se ha valorado su experiencia en el campo del debate de hoy, así como su vinculación a formaciones con un carácter ideológico y sindical conocidos y públicos y además diferentes entre sí. No obstante, eso no implica que las opiniones vertidas en el programa representen a las formaciones a las que pertenecen, sino únicamente a sí mismos, pues ninguna de esas invitaciones se han cursado a las organizaciones, sino a las personas.
Enlaces de interés, respecto al Acuerdo Básico Interconfederal:
https://www.diarioabierto.es/17352/de-los-pactos-de-la-moncloa-al-acuerdo-social-para-salir-de-la-crisis
https://elpais.com/diario/1980/01/06/economia/315961207_850215.HTML
http://fflc.ugt.org/Documentos%20de%20apoyo/El%20Acuerdo%20Basico%20Interconfederal.PDF
https://libros-revistas-derecho.vlex.es/vid/concertacion-dialogo-social-73048587#section_7
Enlaces de interés, respecto al proceso Constituyente de 1978:
https://www.google.com/search?q=proceso+constituyente+de1978&rls=com.microsoft:es-ES:IE-Address&ie=UTF-8&oe=UTF-8&sourceid=ie7&rlz=1I7RVEA_esES609&gws_rd=ssl
http://www.elsiglodeuropa.es/siglo/historico/especiales/Constitucion/proceso%20constituyente.htm
http://www.congreso.es/consti/constitucion/elaboracion/index.htm
https://www.diariorc.com/2016/11/28/la-ilegitima-constitucion-del-78/
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