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Mostrando entradas de enero, 2010

Memoria histórica, individual y colectiva (Editorial número 33 de LGE)

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La memoria, como no puede ser de otro modo, es, por definición, individual, personal, intransferible, selectiva. Se cuida, se ejercita, se domestica, se provoca, pero nada podemos hacer por cambiarla, por sustituirla, por modificarla o por eliminarla, de manera colectiva. La Historia, por su lado, tiene un problema similar. La podemos aprender o ignorar, la podemos investigar o inventar, la podemos obviar e incluso podemos tratar de sustituirla por otra; podemos arrancar las páginas de los libros o ni tan siquiera escribirla, pero la historia es la historia y está ahí, terca, impasible, inamovible, inalterable, por mucho que haya quienes se empeñen en ello por revanchismo, odio e imprudencia. Por eso, ya pueden otorgar subvenciones a supuestos historiadores, para encontrar a Lorca donde les gustaría, que si no está, no está. Ya pueden abrir fosas del franquismo que si sólo hay animales, sólo hay animales. Y en cambio, ya pueden tapar con toneladas de cal, escombro y piedras, las minas

"ASESINOS DE BATA Y CORBATA"

“Almas indefensas maltratadas con desprecio y arrogancia, vidas no vividas cuya sangre se derrama en nuestras casas, llantos que no sonarán, hijos que no nacerán, víctimas de un Auschwitz actual, asesinos de bata y corbata, leyes que promueven la matanza, almas más que nunca abandonadas, oh.............oh, los que callan vuelven a jugar con las palabras pa' que votes engañada, hablan de derechos pero esconden holocaustos y matanzas, luces que se apagan sin que hagamos nada, lágrimas de madres desoladas, asesinos de bata y corbata, leyes que promueven la matanza, almas más que nunca abandonadas, oh.............oh, los que callan." Manu Ballesteros, del grupo “Los que no callan” ha compuesto una canción para intentar impedir que se apruebe la nueva ley del aborto. Está dedicada a todos los políticos que ocupan los escaños de ambas cámaras. Los autores autorizan a quienes lo deseen para que puedan distribuir la canción o realizar nuevas versiones sin ningún requisito. Así mismo s

Editorial nº 32 de LGE: De acontecimientos planetarios y otras hipocresías

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Iniciamos este primer programa – y este primer editorial de 2010 – aún bajo el influjo de la terrible expectación que nos producía comprobar la profecía. Los astros se alineaban, las constelaciones miraban de reojo y el cielo se iluminaría para alumbrar una nueva era, un hecho planetario sin precedentes, un Nuevo Orden Mundial: Zapatero, en coincidencia astrológica con la presidencia de Obama, es el nuevo presidente de turno de la Unión Europea, por seis meses. Es verdad que es una presidencia descafeinada, tripartita, pero eso no empañará su luz interior ni su vocación de salvador del Mundo, cual viento propietario de la Tierra. Aún nos acongoja pensar en el magno acontecimiento porque, hasta ahora, sólo unos pocos sabíamos de su nivel intelectual; de su capacidad de decir una cosa y la contraria sin despeinarse; de su calaña política; de su resentimiento; de su desprecio por la verdad; por la vida; por la mínima lógica y por supuesto por el Bien y la Justicia. Estábamos en el secreto

La Audiencia Nacional

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Lo venimos advirtiendo: no se trata de impartir justicia. No se trata de guardar una equidistante y democrática posición hacia todo agente perturbador del normal desarrollo del Sistema . No se trata de ser imparcial. Es todo lo contrario. Se trata de perseguir, de satanizar, de buscar modos y maneras de poner a todos sus “ enemigos ” en el mismo plano; todos iguales, todos perseguibles, todos perseguidos. O al menos ese es el mensaje que pretenden dar hacia fuera, hacia la opinión pública abúlica, aburrida o, al menos, más preocupada por los problemas reales que por las falacias que el sistema inventa. Pretenden convencenos de que luchan denodadamente contra el terrorismo, toda vez que ya nos han demostrado hasta la saciedad, su frecuente mariposeo criminal –todos los gobiernos– para alcanzar eso que habitualmente llaman el final dialogado de la violencia . Nos saturan con noticias de éxitos policiales, como si el momento fuera casual, mientras simultanean informaciones relativas a lo