A propósito de la concentración contra Bildu, el TC y el gobierno que los parió
He dejado pasar unos días, consciente de que la efervescencia del momento podría haberme llevado por derroteros indeseados, de los que quizá hubiera tenido que arrepentirme; ahora, con la temperatura corporal y anímica en valores corrientes, puedo emitir un juicio de valor que quiero compartir con el resto de las víctimas del terrorismo individuales, como yo, y también con las colectivas, que son el resto del pueblo español, como tantas veces he declarado ya, donde quiera que se me ha preguntado. No mucho la verdad, porque resulto incómodo, pero cierto es que, especialmente con ocasión de los atentados específicos del comando Madrid y de los diversos movimientos de presos negociados – léase aceptación social de supuestos etarras arrepentidos, excarcelación de miserables o acercamiento de alimañas con ojos de víbora – alguna vez se me pregunta y hasta ahí llega el conocimiento de nuestras opiniones al respecto. El sábado, como no podía ser de otra manera, acudí a la decepcionante mani...