De luceros de verdad y estrellas de mentira (Editorial 34 de LGE)
En realidad no sabíamos si cambiar la denominación del premio por otra tal como, al hipócrita del año, al masón encubierto, al mentiroso compulsivo, al sinvergüenza sin escrúpulos... Cualquiera hubiera servido porque en todas ellas lidera la clasificación, pero hemos optado por mantener la tradicional porque ¿quién sino un imbécil integral podría destripar la sentencia de San Juan “la verdad os hará libres – que es una de esas verdades universales indiscutibles, contenida en una frase tan corta pero de tan hondo calado - y sustituirla por otra que diga justamente lo contrario: “La libertad os hará verdaderos”?
Pero decía que se despeja el panorama estelar, porque por fin, la estrella del juez Garzón parece que se apaga irremediablemente y quizá para siempre. La corrupción de sus acciones, el chantaje de sus asuntos guardados para mejor ocasión, el intercambio de parabienes con ministros, banqueros, cazadores de toda índole y amigos de banquillo – porque tarde o temprano muchos compartirán banquillo – la miseria moral y política de sus frecuentes actuaciones interesadas, han terminado por apagar su estrella y ponerlo donde corresponde, que es ante la justicia que él nunca representó.
Tan sólo sentimos que también en este mes de febrero se terminará de dar salida a la asesina ley del aborto que – no nos cansaremos de decirlo – convierte el asesinato impune de inocentes en derechos de salud para la mujer. Esa ley que, aún sin aprobarse, llena ese cielo maravilloso y azul, de pequeñísimos luceritos brillantes que nos gritan al unísono desde arriba que no cejemos en el empeño, que sigamos luchando por el Bien, La Verdad y la Justicia y por impedir que la justicia olvide a quienes cometen esos crímenes horribles, antes, durante y después de la aprobación del genocidio.
Comentarios
Un saludo a nuestro estilo.-
Por cierto, no queremos vuestro partido en nuestro pueblo. Azulines GO HOME.
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