Noche de Pan
Dejaremos atrás un año que pasará a la historia por su iniquidad, por su tristeza, por su genocidio. Porque los hombres que deberían velar por nuestros intereses, por nuestros problemas y por nuestra civilización, habrán protagonizado uno de los desgobiernos más terribles de la historia de España y de peores consecuencias.
Con esa maldita estupidez con que se nos vende una falsa separación de poderes que ya enterró la social-democracia hace tanto tiempo, Legislativo, Ejecutivo y la comparsa del Judicial, habrán consumado los primeros pasos del mayor genocidio de la historia, habrán hecho de la persecución religiosa y cultural su norma de vida, habrán destripado de tal manera los nexos de unión de nuestro pueblo, habrán dinamitado de tal forma los pilares de Occidente y nuestras señas de identidad, que será muy difícil reconstruirlos de nuevo.
Será el año del asesinato en masa de los no nacidos, de la persecución del Crucifijo, de la Memoria Histórica aplicada, del Odio Ideológico, de la implantación de la Educación para la Ciudadanía. Será el año de la miseria, de la destrucción de empleo, de los cuatro millones y medio de parados. El año en que el tejido industrial y las microempresas se hicieron añicos. El año de los comedores sociales, del hambre, de la desesperación. El año de Cáritas, frente al Estado.
El año en que nuestra nación se convirtió en el hazmerreír del mundo. El de los acontecimientos planetarios, el de la propiedad del viento, el de los seres vivos y no humanos. El año de una política exterior que nos embadurnó de heces hasta el entrecejo en Somalia, en el Sahara, en Honduras, mientras cantábamos alabanzas a Cuba, a Bolivia, a Venezuela....
El año – y si no será el próximo - en que un monarca caduco, irresponsable, anacrónico y felón sancionará con la mirada perdida, una ley que le pueden imponer porque, en realidad, él no pinta nada, más que una gruesa línea en los presupuestos del Estado, mientras nos lee un mensaje vacuo que otros le habrán escrito, al albur del gobierno de turno.
Son muchas las razones para desear que acabe este año maldito, y a ser posible esta legislatura maldita y esta crisis maldita y esta oposición también maldita, cobarde, cómplice e inoperante.
Si cada fin del año es un momento para hacerse nuevos propósitos e ilusiones, recemos porque desaparezca un sistema acabado, corrompido, putrefacto, inservible y muerto ya y que nazca entre nosotros la esperanza de un mundo mejor, de una España más libre, más justa, más grande, más unida y de unos hogares con pan para el cuerpo y para el alma.
Es ahora o nunca. Las tres preocupaciones que el CIS dice que tenemos los españoles son, en realidad, una sola: El Sistema. Porque, ¿qué otra cosa significa que los españoles abominen de su clase política corrupta, desconfíen de la capacidad para resolver la crisis y estén preocupados por la economía, que no ha hecho sino traernos casi cinco millones de parados sin solución? ¡Pero si hoy mismo Elena Salgado ha declarado que la situación es estupenda... para todos menos para los que no tienen empleo! ¿Se puede ser más sinverguenza, más miserable y más insensible con los españoles?
Pero es importante saber que nada cambiará solo. Si cada año es también el momento de hacer balance, aprovechemos ese impulso juvenil de la Natividad y hagamos firme propósito de pelear cada día como si fuera el último; más pronto que tarde nos corresponderá construir todo aquello que han derruido. Nos corresponderá inventar un orden nuevo sobre el que afianzar nuestro mundo y nuestra civilización enterrando para siempre su Sistema.
Miremos hacia dentro, hacia nuestro propio ombligo, para tratar de averiguar si hicimos lo que teníamos que hacer, cuando teníamos que hacerlo y como teníamos que hacerlo durante 2009. Y si no fue así – lo más probable - repasemos urgentemente lo que haremos el próximo año para corregir nuestros errores, porque ya está aquí y no queda tiempo que perder.
Y ante todo, celebremos la Navidad como lo que es: como una fiesta cristiana, familiar, de alegría. Pero sobre todo como una fiesta nuestra. Netamente europea, occidental y por lo tanto española, que es lo que está en el origen de la Europa toda. No seamos nosotros también partícipes y cómplices de sus trucos y sus ataques. Frente a carnavales, "jalogüines", Santa’s y confetis, vivamos Semanas Santas, Todos los Santos, Navidades y Reyes – magos, por supuesto-.
Y como decimos siempre, no sólo porque sean las verdaderas fiestas, sino porque son fundamentalmente, las nuestras. Busquemos el calor del pesebre y dejémonos embargar por el Nacimiento.
Hoy les quiero dar las gracias por haber estado ahí fuera, al otro lado, todo este año, haciendo posible que nos sintamos más útiles en nuestra misión y quiero pedirles que lo sigan haciendo en el futuro, que nos acompañen en esta lucha, no solo porque les necesitamos, sino porque también tiene que ser la lucha de todos.
Tras La Gran Esperanza, tras el sindicato, tras La Falange, tras nuestras manifestaciones y nuestros discursos, tras nuestras páginas y nuestros blogs, se esconde sólo la esperanza de que estemos captando nuevas voluntades, nuevos soldados, para la causa nacional.
Y por encima de todo hoy les quiero desear una muy, muy Feliz Noche de Pan, de Patria y de Justicia, porque nada de ello puede desagradar al Niño Dios, sino todo lo contrario. ¡Feliz Navidad!
Wikio
Comentarios
¡Feliz Navidad!.
Me sumo a tus peticiones y sobre todo a la ultima de captar nuevas voluntades, nuevos soldados, para la causa nacional....y que por Dios,esas voluntades encuentren una trinchera comun.
Un abrazo amigo y Feliz Navidad
cierra españa.