Editorial y Genio de España nº 49: Enrique de Diego



EDITORIAL AL PROGRAMA Nº 49: Una de Cal y otra de Arena

Una de cal y otra de arena; así pueden calificarse las distintas acciones y decisiones, de unos y de otros en la últimas semanas.

Una de cal, con Grande Marlasca arremetiendo contra SEGUI, una vez más, y otra de arena, excarcelando a la “pobre criatura” de Álvarez Santacristina “Txelis”, en un vergonzoso nuevo capítulo de capitulación, conducido, una vez más, por “El Gran Timonel”.

Una de cal, con el duro varapalo sobre el ilegal y recaudatorio canon digital, y otra de arena, agarrándose a la silla, sin piedad, la “Sindescagas” mientras envía al matadero a su mano... ¿izquierda, derecha?, Ignacio Guardans.

Una de cal, acometiendo la peor y más perjudicial reforma laboral y de pensiones que vieran los tiempos, y otra de arena, encargando su ejecución a otro miembro destacado del sindicato que supuestamente se opone a ellas, con la boca chiquinina, Valeriano Gómez, que como su propio nombre indica, - ahora que la cosa del género es un tanto neutra y se usa la arroba “@” para referirse al conjunto – será como aplicar un bálsamo de Valerian@ a la enfadadísima clase trabajadora - a la que mantiene el empleo y a la que no - y que de puro harto, ni acude a las huelgas, ni traga a sus políticos, ni les otorga más credibilidad que la que daría a una rana leyendo el Corán.

Una de cal, con la defenestración supuesta de algunas de sus ministras de cuota, especialmente de aquellas con cuyas barbaridades ha hecho bandera, y otra de arena, premiando su trabajo esforzado al son de la reingeniería social y dejándolas, como Secretarias de Estado, lejos del primer término de la crítica acerada de toda la sociedad, pero con tanto poder o más – y más pasta, por supuesto, siempre más pasta – que antes.

Una de cal, enviando al matadero de las primarias a la “Srta. Trini”, y una de arena, premiando de nuevo con un ministerio, no sólo la incapacidad política evidente de la susodicha, sino la incapacidad profesional, como tantos y tantos propios y ajenos le explicaron en tiempos de sus vacunitas de la Gripe A. En realidad, no es sino el mantenimiento de la cuota, por un lado y el premio a la devoción, a la entrega sacrificada al Zapaterismo militante, sin condición. ¿Qué importa que la diplomacia española requiera de una mano sensata y firme ante los alarmantes desplantes de Marruecos, Gran Bretaña, Gibraltar independiente o Venezuela, entre otros? ¿Qué importa que en sus dos intentos por acceder a la carrera diplomática la suspendieran sin más? Al fin y al cabo, sustituye a Moratinos y pensarán... ¿qué puede hacer peor?

Una de cal, liberándonos, pues, de una Ministra de Sanidad que se debía alborozar por lo baratita que le iba a salir la sanidad una vez que hubieran acabado, por un lado, con todos los niños antes de nacer – merced a la “salud sexual y reproductiva” de la nueva Secretaria de Estado, que se practica en las clínicas privadas y que, en Sevilla, han decretado el “paraíso fiscal” del asesinato de inocentes – y por otro lado, tras acabar también con todos los ancianos antes de morir (de viejo, me refiero), gracias a esa otro prenda del derecho que es la “muerte digna”. Y otra de arena, nombrando al efecto... ¡A Leire Pajín en Sanidad! ¡Dios nos coja confesados!

Una de cal, en definitiva, para el superministro, para el incombustible Pérez Rubalcaba, para el último portavoz de los dos gobiernos socialistas que en España ha habido. Una de cal, en este caso, porque nadie como él – químico de formación - para encontrar las miles de aplicaciones que la sustancia tiene. ¿No fue, a fin y al cabo, el portavoz del Gobierno socialista que tan bien manejaba estas sustancias mientras se llenaba la boca de democracia, secuestraba inocentes y aplicaba con rigor, una pena de muerte sin garantías, mientras abominaba de ella en público, como todos los hipócritas? Sí, sí, recordarán algunos: era cuando La Ministra de Sanidad era casi pequeñita, que diría ella. ¡Eso sí es tener morro y no lo que el Alcalde de Valladolid le adjudica, sabe Dios con qué aviesas intenciones!

Una de cal, decíamos, que hará temblar al mismísimo Satanás, y que no preocupa a Dios, porque al fin y al cabo Él sí que es Todopoderoso de verdad, pero que lo vigilará con recelo, sin duda, ahora que “el químico”, todopoderoso, del todo, no es, pero omnipresente y ubicuo, cada vez más.

Y es que no se nos debe despistar que el triple ministro – hasta ahora sólo habíamos logrado la doble cartera con el nombramiento del todavía alcalde de Zaragoza – aúna en su mano toda, absolutamente toda la información que los servicios secretos, de seguridad, nacionales e internacionales puedan producir por y para España. Todo el espionaje español, desde el que produce Defensa hasta el que maneja Interior, desde Asuntos Exteriores a Economía, desde el que recibe por la Vicepresidencia del Gobierno al que adquiere por el Secretario General de Presidencia, desde la dirección del CNI a la Secretaría de Estado de Seguridad¸ del SITEL a todos los faisanes habidos y por haber, recaen en la Comisión Delegada del Gobierno sobre inteligencia de “Fredy el Químico”.

Pero naturalmente, es ser muy mal pensado, quizá un antipatriota, por supuesto un extremista derechoide y fascista, un desleal con la acción del gobierno y un indeseable respecto de las nobles intenciones del superministro, pensar que esto tenga nada que ver con la nueva etapa de negociaciones, comunicados, treguas y excarcelaciones a las que venimos asistiendo desde hace ya muchos meses.

Y es que la única causa que ha movido todo; no la principal, sino la única, es lograr controlar un año más el gobierno y presentarse a la reelección con algún éxito. Cueste lo que cueste, entregue la cuota de dignidad que entregue e incumpla los mandatos morales y políticos que incumpla. Todo por un sillón azul en el Congreso y una pista de tenis en la Moncloa.

No, nos hemos olvidado de la de arena que compite con la cal de Fredy. La de arena se la adjudicamos a María Teresa Fernández de la Vega, la hija de Wenceslao, el hombre fuerte de Sanz-Orrio, y Girón, de los Sindicatos Verticales. Esa que se tragó un bote de sosa cáustica en su más tierna infancia y, estreñida crónica, no ha vuelto a encontrar razones para sonreír por nada del mundo.

Arena, porque es lo que le va a hacer falta, no sólo para volver a cerrar las tumbas profanadas ilegalmente en nuestro Campo Santo del Valle de los Caídos, que tanto la obsesiona. Le va a hacer falta para taparse, para esconderse de nosotros, para eludirnos, porque La Falange y con ella este medio con su director al frente, van a perseguir judicialmente este despropósito; porque algunos sí tenemos a nuestros muertos allí dentro, tratando de descansar.

Pero también hoy tendremos una de cal y otra de arena para nuestro invitado. Porque como invitado que es y por su gesto de acompañarnos en el programa, le trataremos bien, pero le entrevistaremos críticamente. Porque le pediremos que nos explique de islamismos y de “negros”, de complejos y de parabienes, de falanges y de falangistas... Acomódense y escúchennos

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