75 aniversario de la Fundación de la Falange



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Comentarios

Martín Ynestrillas ha dicho que…
Ante todo, Sol, muchas gracias por tu comentario y mis respetos a quien pertenece a tan noble estirpe de falangistas. No se si ellos viven - serán en todo caso muy mayores - y qué opinarían al respecto de tu pregunta. Desgraciadamente el espacio dedicado a esto en un blog se queda necesariamente pequeño para darte una respuesta completa, de lo que sin duda es toda una propuesta estratégica y táctica, que es mucho más fácil de pregunrtar que de responder. Pero no quiero dejar de darte alguna pincelada. Son dos, tus preguntas y dos, por tanto las respuestas. La primera es en relación a cual es el papel del falangicmo hoy. Entiendo, por tanto que no preguntas cuál debería ser sino cuál es realmente. Y en eso coincideremos tu, yo y cualquier persona con dos dedos de frente: Es marginal, anacrónico, desprovisto de mensajes útiles para la mayoría de la sociedad, dividido entre familias de diversa razón ortodoxa, enfrentado por causas que a veces es dificil identificar y percibido por la sociedad como un conjunto de locos, vestidos de mahón, muy peligrosos, perseguibles por el mero hecho de ser lo que somos y sin ningún futuro, según esos mismos observadores. Pero dicho esto, la pregunta más bién es qué debe ser el falangismo en nuestra sociedad actual. Y por más vueltas que le doy, la respuesta sigue siendo siempre la misma: La única vía válida, actual, posible y alternativa a un sistema corrupto desde la cepa como es el democrático-social-liberal partitocrático. Ni una sólo de nuestros postulados ha dejado de tener vigencia. Ni una sóla de las afirmaciones de nuestros fundadores han perdido ni un ápice de valor hoy. Más bien al contrario parecen haber sido escritas ayer por la tarde. Entonces, y esta es tu segunda pregunta, ¿tenemos que partir de un proyecto nuevo?. Tiene mucha tela la pregunta y, obviando que hay otros 18 proyectos nuevos ya iniciados e igualmente fracasados, la razón más importante para desdeñarlo es, sin duda, la falta de referentes históricos que convierten cualquier proyecto en un sucedáneo, en un remedo de cosas que ya existen y que terminan siendo el partido pupular en la mayoría de los casos. No Sol, no. No son ni la verguenza, ni el abandono, ni los complejos, los que nos harán triunfar. Son la lucha diaria, la asunción de nuestros calores,la defensa cotidiana de qué y quienes somos, la pedagogía falangista de demostrar al munco corriente que somos buena gente, que tenemos propuestas que hacer y que con tiempo, mucho tiempo gracias a la imposibilidad de vencer a los medios contra los que luchamos, tranformaremos la capacidad de influencia en la sociedad. Y hace falta, por supuesto, resolver todo lo que expuse en el primer párrafo con convicción, deseo, ganas y dedicación. Pero sin renuncias ni abandonos. Acércate un día por Silva, 2 y te contaré más. O escucha La Gran Esperanza en Internet. No hemos perdido esta guerra; hemos desertado y na hay peor deserción que la de la meoria. Un abrazo muy fuerte

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